LA PESCA ILEGAL AMENAZA LOS SANTUARIOS MARINOS HISPANOAMERICANOS.-

Fuente: Series de Mongabay: ESPECIAL | Mares Saqueados
Después del tráfico de drogas y el de armas, la pesca ilegal es la tercera actividad ilícita más lucrativa del mundo. Se estima que alrededor de 26 millones de toneladas de pescados y otros recursos marinos son capturadas ilegalmente todos los años para abastecer un mercado negro que mueve hasta US$23 000 millones.
La pesca ilegal puede cometerse de diferentes maneras y una de ellas consiste en pescar al interior de áreas marinas protegidas que han sido creadas para resguardar la biodiversidad que ahí habita. Las áreas protegidas no cuentan con suficiente vigilancia ni presupuesto para evitar este delito. En algunos casos, ni siquiera se han creado los planes de administración que definan una estrategia de monitoreo.
Los hallazgos.-

En todas las áreas marinas protegidas analizadas, la vigilancia y presupuesto destinados al control es insuficiente y, en algunos casos, ni siquiera se han creado los planes de administración que definan una estrategia de monitoreo. Es decir, muchas de estas áreas son actualmente “parques de papel”, lo que las hace más vulnerables ante la pesca ilegal.
Es en este contexto que las flotas chinas se mueven en los límites del mar territorial de cuatro países de Sudamérica para pescar pota o calamar gigante (Dosidicus gigas) y que, en algunas ocasiones, atraviesan áreas marinas protegidas como parte de su recorrido.
Sin ir muy lejos, a inicios de junio, una flota china compuesta por unos 260 barcos llegó hasta los límites de la zona económica exclusiva de Galápagos para pescar pota.
Durante días, este grupo de embarcaciones, al que los pescadores artesanales describen como “una ciudad gigante” en medio del mar, mantuvo alerta a científicos y funcionarios de gobierno. Aunque no se reportó el ingreso de alguna de estas naves a territorio ecuatoriano para pescar ilegalmente, su presencia movilizó a autoridades pesqueras, fuerzas armadas y hasta el mismo presidente Lenin Moreno, quien ordenó la creación de un comité para diseñar una estrategia de protección para las Islas Galápagos. Los antecedentes de pesca ilegal de algunas de las embarcaciones chinas fueron clave en la decisión tomada por el gobierno ecuatoriano.